Valeria Tentoni

1-¿Dónde escribís? 

En casa.

2- ¿Trabajás en computadora o a mano?

En computadora. A veces, con algunas cosas, en máquina de escribir. Pero porque estoy jugando, me gusta jugar a la máquina de escribir. El ruidito y todo eso. Tipear y que la letra perfore la hoja, el chac chac chac. Es una pavada, yo sé. Y a mano apunto ideas cuando no estoy en el escritorio, cuando algo insiste en mi cabeza y no tengo el teclado a mano, para no olvidarme. Me olvido de todo. Dormida me pasa mucho eso. Tengo una idea, me despierta. No me deja descansar pero no tengo fuerza para levantarme y al otro día plaf, nada. Y cuando me decido a levantarme, casi siempre, escribo y al final era una tontería y me da bronca haberme despertado para eso. La misma sensación que cuando tengo ganas de hacer pis a la noche pero hace frío y levantarse y llegar al baño y volver es todo un imposible. Anoche mismo me pasó. No me acuerdo qué pensé. Me dio fiaca anotar y así, perdí la idea. No sería tan buena, seguro.

3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

Escribo todos los días pero por trabajo. Notas, reseñas, desgrabaciones, guiones, textos para una cosa o la otra. Ojalá le tuviese el mismo respeto al tiempo de escribir cuentos, poemas o novelas. Pero no. De todos modos, disfruto escribiendo cualquier cosa. Me saco las ganas con cualquier cosa que tenga que redactar. Así sea una nota sobre la economía del Congo. Qué se yo. Me gusta escribir lo que sea. Listas de supermercados, e-mails, tuits, no sé. Le pongo el mismo entusiasmo a todo. Horario fijo no tengo, no. Soy un despelote y hago mil cosas, todas a la vez.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

Todo el día. Todo el día leo y escribo, o estudio o buceo acá o allá, escucho, paro la oreja, miro, vivo y en realidad siempre estoy dentro de eso. No sé cómo decirlo, no separo. Para mí es todo lo mismo, es estar en lo mismo. En una de esas suena exagerado, pero en realidad lo que quiero decir es que entiendo que es un trabajo que te lleva puesta la vida, es una manera de estar entre las cosas. No es mejor ni peor que otra, por supuesto. Quizás tiene que ver con que soy una chica que se pasó muchas horas haciendo lo que no le gustaba. Ahora hago lo que sí me gusta, aunque no me resulte casi nunca como desearía, y entonces no cedo más, ya entendí que soy esto, me salga como me salga.

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Mate. Dejé de fumar hace unos meses y, la verdad, el tabaco me ayudaba mucho a concentrarme, a quedarme quieta. Pero nada más.

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Uf, corrijo mucho mucho mucho. Cada vez peor. Cada vez tengo más miedo y tardo más en dar por terminado un texto. Cuando más o menos tengo algo cerrado, después de mucho laburo –que siempre es insuficiente, siempre–, se lo paso a dos o tres personas de confianza. No necesariamente escritores, pero sí personas que sean buenas lectoras en general (que sean curiosas, inquietas) y que sean lo suficientemente generosas y valientes como para hacerme devoluciones duras pero respetuosas. Si es en el amor, puedo y deseo recibir los disparos. Los necesito para aprender. Nadie me hizo tanto favor como quien me dijo fijate acá, esto podría funcionar mejor así, esto no sirve. Los que me acompañan depositando su confianza amorosa en mí, entusiasmándome, también, por supuesto. Les debo la valentía de largar algo por ahí aun con todo el terror que me provoca. Ocurre que tengo los mejores amigos del universo, estoy rodeada de mentes hermosas y mucho afecto. Tengo suerte.

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?

Amo mi biblioteca porque es la historia de las personas que conocí, siempre en el cariño. No llegué a ningún libro sola: no tengo formación académica en Letras, entonces todo lo que pude leer son recomendaciones de personas, actos de amor que atesoro. Entiendo que hay una entrega enorme en el gesto de darle a alguien una pista de lectura; para mí son pistas para alcanzar la felicidad, por muy Osho que suene.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

Todos.

9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

Uh. ¿Cinco? Mañana respondería distinto, seguro. Ponele: Trilce, Sexus, Vigilar y castigar, Ulises y Bartleby, el escribiente. Y El proceso si hay bonus track.

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

Preferiría no meterme a hacer rankings de ese tipo, que cada libro haga su camino y que cada lector haga el suyo. ¿Por qué voy a decirle a alguien que el libro que disfruta es una mierda? 

11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

Trabajo mucho y es muy raro que algo me llegue fuera de horario, por decirlo de algún modo, entonces lo tengo incorporado y no distingo. Pero, como contaba, sí me ocurre lo de despertarme de noche. Así que me llevo bien, creo. Salvo cuando no me deja dormir.

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

Me parece a mí que cuando lo disfruta.

Bonus Track:
Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado. 

Lamento resultar tan edulcorante, pero la sustancia que más me alteró la conciencia fue el amor. Escribí canciones muy enamorada, explotando de felicidad. Escribí poemas que envié por mail a mi compañero antes de conocernos, y volvieron canciones que él compuso. Nos cantamos palabras y fue la maravilla absoluta.

¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?





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