Ivana Romero

1-¿Dónde escribís?

En casa, en las redacciones donde trabajé y trabajo. También, en mi cama. Y escribo mucho en el subte. Pero en ese caso, ya no escribo sobre una superficie sino en mi cabeza. El traquetear de los vagones tiene cierta simetría con el sonido del pensamiento. Además, es inevitable quedar parada frente a la gente, observar sus pequeños movimientos. A veces, escribir mentalmente en el subte me ayuda a resistir: frente al cansancio, frente a mucha gente toda junta, frente a las distancias.

2- ¿Trabajás en computadora o a mano?

Tengo cuadernitos escritos a mano, en donde se mezclan notas de mi trabajo periodístico con otras notas que tienen que ver con ideas, frases, momentitos que quiero capturar. Así que a veces me tengo que poner a desclasificar qué es de cada lugar. En general, escribo en computadora. Pero a veces me siento frente a la compu como si ella pudiera darme respuestas. En ese caso, me mando mails con borradores de ideas, de textos. Una siente que si se manda mails está haciendo algo menos solemne que enfrentar la hoja en blanco. Se lo escuché contar a Damián Ríos y me pareció buen método.

3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

Si por escribir se entienden las notas periodísticas, escribo todos los días y en un horario fijo. ¡Y el tiempo que me lleva! Pero si se trata de mis poemas y relatos, en general utilizo las mañanas. Algunas mañanas. Unas cuantas mañanas. Lo que sea necesario para atrapar el pez dorado.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

Lo que sea necesario. Hay días donde la música de las palabras te lleva de la mano. Y días donde no nos entendemos. Hay que ser paciente.

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Mis rituales cambian. En general leo poemas antes de ponerme a escribir. También suelo rodearme de mujeres escritoras. Agarro libros de Virginia Woolf y de otras que me estén cautivando en el momento y armo una pilita de libros que dejo a mi lado. El único varón admitido en el rito es Xul Solar, un ser mágico.

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Cuando un texto está terminado, la sensación es más física que intelectual. Es como si me hubiese dedicado al amor durante un muy buen rato. El texto y yo descansamos. A veces, días o meses. Y si vemos que no terminamos nuestro encuentro, lo llevo otra vez a mi cama hasta que el tema está resuelto. Es también un modo de conjurar la premura del periodismo, donde se escribe a contrapelo del tiempo, tratando de manera inútil de vencerlo. La escritura creativa escribe debajo del tiempo, se escapa de él, lo toca, lo besa y aún le pide que se vaya, que necesita estar sola.

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?

Mi trabajo es el de periodista cultural. Por lo tanto, recibo algunos libros para reseñas, para entrevistas, para notas periodísticas. A eso se le suman libros que voy atesorando con el tiempo, otros que me regalan y muchos, muchísimos, que voy comprando. Me mudé varias veces pero los libros siempre vinieron conmigo o siempre fui a rescatarlos allí donde los hubiese dejado por un tiempo. O sea, que mi biblioteca es mi compañía, mi vestido, mi amante, mi casa. Pero sobre todo, es una chica cuya autonomía me apabulla: crece de manera caprichosa, va hacia donde quiere. Así que intento tener un orden general (acá, los libros de poemas; acá, los libros de ficción de autores argentinos; acá, los de crónica periodística; por citas ejemplos) pero ese orden estalla cada tanto.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

Intento leer todos los libros que me interesan.

9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

Mientras escribo (Stephen King)
Revelación de un mundo (Clarice Lispector) (También, sus cuentos)
El violento oficio de escribir (Rodolfo Walsh) (También, sus cuentos)
Éramos unos niños (Patti Smith)
Todos los que hagan falta de poesía (pero con la poesía completa de Wilsawa Szymborska o Un país mental –una compilación de cien poemas chinos contemporáneos, seleccionados y traducidos por Miguel Angel Petrecca- podemos empezar a hablar)
(Hice trampas, son más de cinco libros, pero casi no se nota ¿eh?)

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

No me animo a decir “tal autor está sobrevalorado” porque ¿quién soy para levantar el dedito y hacer semejante acusación? Me interesa poner en valor algunas escrituras. Por ejemplo, la de las escritoras argentinas del siglo XIX, que no forman parte de ninguna historia canónica. En ese sentido, recomiendo la lectura de cualquiera de los once textos que componen la colección Las Antiguas –editada por Buena Vista, una editorial de Córdoba-  y que incluyen autoras como Eduarda Mansilla, Juana Manso o Agustina Palacio, Aunque si debo elegir, me quedo con la Cocina ecléctica de Juana Manuela Gorriti. Otro libro que no tiene un montón de prensa pero es imprescindible es Todo lo que querés saber sobre cómo hacerse un aborto con pastillas, compilado por la organización Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto en función de las consultas que reciben en la línea (011) 1566647070. Esta línea atiende hasta 60 llamados diarios de mujeres que consultan para decidir sobre sus vidas y sus cuerpos, más allá de toda hipocresía. El libro se puede bajar por Internet. Finalmente, algunos libros de literatura son subvalorados sólo porque al lado de la palabra “literatura” aparece la palabra “infantil”. Editoriales independientes como Planta o Pequeño Editor tienen un catálogo de libros excelentes, con ilustraciones hermosas. Y cualquiera que diga “eso es para chicos” en tono peyorativo está mirando con un solo ojo el mundo de la infancia y el mundo de los libros. De hecho, ahora estoy leyendo Quien soy, de Calibroscopio, que son cuatro historias de nietos restituidos a través del trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo. El libro es de una hondura y una belleza que estremecen. Y es la historia de la dictadura y la lucha de las Abuelas contadas a los más chicos. Pero también, a todos los que queremos seguir sabiendo.

11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

Vamos y venimos.

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

Cuando es capaz de hablar con pasión de un puñado de libros que la marcaron.

Bonus Track:
 -Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado.

Bueno, que quede constancia de que ustedes lo pidieron. Me parece que escribir es andar en un estado medio alterado. Hay gente que vive lo más bien sin escribir. ¿Qué es esa obsesión por andar tras palabras, ideas, por quedarse en silencio horas enteras construyendo un mundo precario sobre una hoja? Yo escribí páginas memorables en la barra del bar El Diablito, en Rosario, mientras sonaban discos de pasta con gente como Roy Orbison, David Bowie, Bruce Springsteen, Patti, The Smiths. El único problema es que luego no recordé nada de esas páginas. Me quedó una sensación indefinida, de algo que pasó pero no pude asirlo. Creo que escucho a toda esa gente que nombro sólo para recobrar algo de las palabras que se fueron.


¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?



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