Juan Carrá

1-¿Dónde escribís?

Ahora soy una especie de nómade, hasta que logre tener un espacio. Supe tener un escritorio en el garaje de la que fue mi casa… extraño ese espacio de intimidad narrativa.

2- ¿Trabajás en computadora o a mano?

Las dos cosas. En la computadora el trabajo a fondo, a mano cuando surgen cosas que me pueden servir para la historia y no tengo la cumpu a mano. Siempre llevo un cuaderno donde tengo los apuntes del texto que estoy escribiendo.

3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

Trato… no tengo horario fijo.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

El que puedo

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Si es posible un poco de vino o whisky ayuda.

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Cuando la historia me lo pide. Apenas termino algún amigo escritor lo recibe para destrozarlo.

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?

Mi biblioteca es mi único capital. Me gusta mucho y me tranquiliza tenerla cerca mientras escribo.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

Tengo muchas ganas de releer Las mil y una noches… después me gustaría leer todo lo posible.

9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

El largo adiós, de Chandler; Chamamé, de Leonardo Oyola; Cien años de soledad, García Márquez; Operación masacre, Rodolfo Walshl; El amor brujo, Roberto Arlt.

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

Sobrevalorados: no creo que haya que cuestionar las valoraciones de otros, hay autores y obras que no me gustan nada, pero que seguro tienen sus lectores. Hay que saber respetarlos.

Creo que hay que valorar más lo contemporáneo… lo que cuenta nuestra época desde diferentes géneros.

11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

Mala. No creo en ella, es la excusa de los fracasados. Solo la constancia y el trabajo hacen al escritor.

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

Cuando siente que la literatura lo hace sentir libre.

Bonus Track: -Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado.

Suelen ser muy prolíferas, pero al otro día, de vuelta en el mundo real, pocas líneas sirven para algo.