Fernando Figueras

1-¿Dónde escribís? 

En mi casa, en un ambiente que podríamos llamar living.

2- ¿Trabajás en computadora o a mano?

A mano, birome Bic, que no falla. Después paso mis textos al Word, momento que aprovecho para hacerles más correcciones. Y a veces, Word también opina y hace correcciones que nadie le pidió y que generalmente aportan poco.

3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

No escribo todos los días. Ojalá pudiera, pero tengo la desgracia de tener que trabajar. A propósito, “el trabajo es salud” es una gilada que inventó algún jefe. Hacer cosas, llevar a cabo proyectos, eso sí es saludable, pero trabajar es un garrón.
Prefiero siempre escribir por la mañana, que es el momento en el que estoy más lúcido (es una manera de decir) e incluso es cuando se me ocurren más cosas, tengo más ganas de escribir. Muchas resoluciones de historias que tenía medio trabadas se destrabaron por la mañana.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

El que puedo, no sé, no lo medí. Noto que varía mucho. Una cosa es estar empezando a trabajar una idea, viendo cómo puede funcionar, probando, todo lo cual hace que el proceso sea más complejo y le dedique tiempos fraccionados, y otra cosa es tener todo en mente, saber para donde voy; ponerme de lleno a desarrollar eso que puede llevarme horas seguidas de escritura.

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Preparar mate. Si lo tomo es mala señal, quiere decir que no escribí nada. La cosa mejora si la pava quedó llena, o casi.

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Si bien es cierto que uno podría corregir un texto infinitamente, hay un momento en el que lo leés y te das cuenta de que ya está. Eso se percibe, no hay manera, al menos para mí, de decir “el texto está listo cuando pase tal y cual cosa”.
Una vez terminado, va a la pila de cosas escritas. Se queda allí un tiempo, no mucho, y después lo releo. Si me gusta queda archivado, salvo que lo haya escrito para darlo a conocer enseguida, por algo específico (un concurso, una charla, etc). A partir de ahí no sabés qué puede pasar...

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?

Buenísima, salvo cuando me tengo que mudar y me veo obligado a sacar estantes, desatornillar, guardar en cajas. En esos momentos preferiría no tener libros, ni nada. Me gustaría, para esos casos, tener una casa como la de los japoneses, que habitan espacios casi vacíos. En mi biblioteca tengo libros de todo tipo. Muchos los leí y otros todavía no. Creo que si no compro más libros, con los que tengo me alcanza para leer hasta que me muera. Los ordeno horizontalmente para evitar las escenas de tortícolis que se dan en las librerías y que dificultan tanto la posibilidad de saber de qué libro se trata. Supongo que en las librerías los ponen verticales para sacarlos más fácilmente.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal. Lo tengo, pero está en lista de espera. Le tengo mucha fe.

9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

1- Matando enanos a garrotazos, de Alberto Laiseca.
2- La espuma de los días, de Boris Vian.
3- Mientras escribo, de Stephen King.
4- La mejor poesía, recopilación de Héctor Yánover.
5- Hombres fenómenos y personajes de excepción, de Robert Tocquet.

Si me preguntás dentro de unos meses, la lista puede cambiar en un 60%.

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

Leí El Gatopardo y no me produjo nada. Llegué hasta la página 170 más o menos, y como no había empezado, lo dejé. Si en esa página un libro todavía no empezó... Pero esto me pasó porque soy muy ignorante, seguramente es un librazo. En cuanto a los menos valorados, creo que se subestima bastante a la literatura infantil en general. Sin embargo, se han escrito verdaderas maravillas para chicos. Pinocho no está lo suficientemente valorado, aunque quizás tenga que ver con que ya no se lee mucho la versión original de Pinocho, que es una novela larga en capítulos. Es brillante.

11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

Cuando se me ocurre algo lo anoto. Muchas veces uso ideas que he anotado y otras veces no. Lo demás es trabajo, búsqueda; no tanto inspiración.

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

Cuando lo que leyó le sirve para vivir. Cuando logra bajar lo que está en su biblioteca a la vida.
De lo contrario es un intelectual, que no sé muy bien para qué sirve.

BonusTrack:
 -Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado. 

Si tomamos al enamoramiento como una severa alteración de la conciencia, he escrito en ese estado. El resultado fue patético.

Sustancias que me estimulen nunca usé. Con mi imaginación ya tengo bastante, no quisiera tener que aguantarme falopeado.

¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?





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