Pablo Martínez Burkett

1-¿Dónde escribís?
Mayormente en mi casa. En el escritorio pero también puede ser la mesa de la cocina.
2- ¿Trabajás en computadora o a mano?
En la notebook. Tengo una digitación muy veloz y siento que el teclado es una prolongación de mi mente. Antes, si estaba en un café y se me ocurría algo (tengo una memoria muy episódica que me exige anotar para no extraviar la idea), borroneaba una servilleta. Entre que mi letra es horripilante y que escribo con lapicera de pluma y tinta negra, la interpretación se volvía muy fatigosa. Ahora, a caballo de las nuevas tecnologías, me mando un mail a mi mismo con el telefonito.
3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?
Sí, trato. Pero soy muy un caótico. Y cuando la profesión que te da de comer no es la escritura -soy abogado- los horarios siempre son robados. Todos los días me levanto haciendo propósito de armar una especie de agenda pero nunca lo hago. Supuestamente, debería escribir de noche, cuando 'todo está en calma', pero en no pocas ocasiones me doblega el cansancio, así que de forma progresiva le vengo sustrayendo tiempo a la vigilia.
4-¿Cuánto tiempo le dedicás?
Si me atengo a las protestas conyugales, siempre estoy escribiendo. Considerando las circunstancias personales y profesionales, bastante. De cualquier forma, no llevo un registro. Además, puedo no estar escribiendo físicamente pero mi cerebro siempre está cocinando algo.
5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?
Soy feliz padre de una nenita de casi 5 años así que ya no hay ritos ni costumbres en pie, en ningún orden. Soy capaz de escribir, o al menos intentarlo, con los dibujitos de la tele a todo lo que da o la actividad infantil que se esté desarrollando en ese momento (que no pocas veces me tiene de partenaire). Pucho le decía al profesor Neurus que la espumita del mate estimula el cerebro. Eso y el café expreso bien espumoso son mis costumbres.
6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?
Haber escrito durante un año y medio para la radio me dio la gimnasia de leer en voz alta para comprobar si el texto fluye sin cacofonías o trabalenguas. No sé la cantidad de veces que releo y corrijo. Y si es posible, lo dejo leudar. En algún momento, siento que puede respirar solo. Y entonces recibe la mirada enriquecedora de los amigos. Últimamente, una gran parte de lo que escribo ya nace con destino específico, así que se muda a las páginas (físicas o virtuales) de su nueva casa esperando la visita de los lectores. El resto, se va acumulando para próximos libros.
7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?
La de un maravillado submarinista. Ya no me alcanzan los anaqueles. Hay tirabuzones de libros por todos lados. Leo de a 4 ó 5 libros a la vez. Una lectura me remite a otra y ando revolviendo hasta que doy con lo que busco.
8- ¿Qué libro te gustaría leer?
Soy un lector muy hedónico. Como nunca tuve que ajustarme a un programa de lectura, leo lo que mi vagabundeo intelectual me trae. Si descubro un autor que quiero leer, veo de conseguirlo. Tengo mucha paciencia. Y disfruto de las cacerías en las librerías de viejo.
9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?
Lo de ideal es relativo, porque ya están en mi biblioteca. Supongo que si viniera el apocalipsis zombi y tuviera que armar una mochila a las apuradas entonces cargo: 1. El Aleph o Ficciones, de JLB (hago trampa y meto los dos, total son chiquitos); 2. Historias Fantásticas de Adolfo Bioy Casares. 3. Bestiario de Julio Cortázar; 4. Narraciones Extraordinarias de E. A. Poe y 5. On writing de Stephen King. Y de yapa: Cuentos completos de Rodolfo Walsh.
10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?
Erigirse en juez de las lecturas del otro nunca terminó bien y la oferta editorial es tan amplia que me parece muy bien que cada quien lea lo que le gusta. Admito que ciertas tendencias me causan alguna perplejidad. A veces, me pongo a revisar el best-seller del momento, deseando encontrar una página, un párrafo, una imagen que me emparente con los cuarenta millones de lectores que vocifera la contratapa pero sospecho que mi total falta de empatía no es únicamente por una traducción deficiente.
11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?
Amantes esquivos con una intensidad extenuante. Creo que Me amas y me dejas, la canción de Sandro, sería una ajustada banda de sonido.
12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?
Supongo que cuando logra resignificar lo leído a partir de sus propias representaciones. Para mí, un texto no está completo hasta que es pasado por el prisma del lector, que lo recompone y le da una nueva tonalidad. Y cuando eso sucede es mágico. De ahí a que sea bueno o malo, no lo sé. Me parece que la de lector es una categoría que no admite gradación.
Bonus Track:
-Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado.

Si bien escribir ya implica tener un poco alterada la conciencia, o en todo caso, la percepción, creo que no podría empujar dos teclas bajo la influencia de alguna sustancia que no sea café o mate. Además, disfruto mucho de mis sentidos sinfónicos como para embotarlos con algún ayudín.
¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?









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