Alejandra Zina

1-¿Dónde escribís?

En mi casa.

2- ¿Trabajás en computadora o a mano?

En computadora. Este verano estrené un cuaderno que me regalaron hace varios años. Un cuaderno bonito que tenía envuelto en papel madera. Ahí escribo cosas que me pasaron, algún sueño, escenas que recuerdo por algo en especial. No es un diario aunque algunos textos tienen fecha.

3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

No, no escribo todos los días. O sí. Por épocas. También escribo bastante en fb, lo uso un poco de borrador de cosas que estoy pensando. No tengo horario fijo, pero la noche me sienta bien. Prefiero la noche.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

Se me hace difícil calcular. ¿Cuánto tiempo me siento en la silla o cuánto tiempo tengo la cabeza ocupada en eso que estoy escribiendo o que todavía no empecé a escribir?

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Hacer como que no voy a hacer nada importante. Lo que viene es tan difícil que cuando menos lo esperás, mejor.

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Lo doy por terminado cuando resiste varias relecturas mías. Con los textos que no son de ficción me resulta más fácil darme cuenta si están listos o no. La ficción me produce muchas dudas e inseguridades.

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?

De compañía profunda, de placer, de legado (muchos de mis libros sobrevivieron a mudanzas caóticas y derrumbes familiares). Igual con los años me fui haciendo más desapegada. Conocí gente que no se mudaba de los casa de los viejos porque no podía alquilar un depto lo suficientemente grande como para llevar todos sus libros. No me gusta pensar así, no quisiera que mis libros sean un ancla o la excusa de algo. Tampoco me gustaría enloquecer con la acumulación.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

Varios. Llevo listas de libros que no leí, que oigo recomendados o veo mencionados en algún lado, que me dan curiosidad. Algunos: El desierto de los tártaros, Todo está tranquilo arriba de Gerbrand Bakker, las novelas de Thomas Wolfe, más cuentos de Eudora Welty y Katherine Anne Porter.

9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

En mi biblioteca ideal habría un ruso, un norteamericano, un latinoamericano (posiblemente argentino), un europeo y un oriental. [Lo puse en masculino pero podría ser una mujer]

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

Me parece que estos juicios tienen más que ver con los celos y el fastidio personal que con los libros en sí. Un día, la obra de un autor te parece sobrevalorada porque todo el mundo la nombra. Después lo leés y te gusta. O no te gusta. Pero muchos otros lectores encuentran cosas profundas en esa obra o se entretienen como locos. En cuanto a los menos valorados, me pasa algo parecido. Confío en el tiempo. Una obra puede resucitar en cualquier momento. Resucitar y explotar. Como pasó con Levrero o con la reedición de autores que en su momento tuvieron un espacio acotado: Sara Gallardo, Antonio di Benedetto, C. E. Feiling, Salvador Benesdra.

11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

El otro día estaba leyendo en wikipedia la definición de satori. Es un término del budismo zen para definir la iluminación pero también está relacionado con la creatividad, el descubrimiento, la catarsis. Algo de todo eso aparece antes o durante la escritura. Así que mi relación no es voluntaria. Sí trato de estar conectada conmigo y con lo que me rodea. En ese intento, a veces hay satori.

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

Cuando leés mucho y con ganas. Lo mismo con la bebida y la comida.

Bonus Track:
Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado.

Varias veces escribí afiebrada o engripada. Había algo fuera de control. Tenía las defensas bajas, el cuerpo flojo y cierta inconciencia. Pero a la vez lo padecía. 

¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?





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