Luciano Trangoni

1-¿Dónde escribís? 

 Por lo general, en mi casa. Pero también en la escuela, cuando tengo algún minuto libre, o en el club, cuando mis hijos ya comieron y me dejan solo. Ahí saco mi cuaderno y empiezo…
 
2- ¿Trabajás en computadora o a mano?

Son dos etapas diferentes de mi escritura. Casi siempre mis textos, narrativa o poesía, nacen escritos a mano. Después los ordeno en la computadora, después los clasifico, los imprimo, los corrijo a mano… Y vuelta a empezar. 

3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

Los domingo no escribo, y tampoco tengo un horario fijo. Hay, sí, una franja horaria en la que me muevo. Antes estaba loco y me pasaba la noche entera escribiendo.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

Cuatro horas son suficientes para mí.

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Tengo la costumbre de espantar los demonios diciéndome una y otra vez que no debo escribir pensando en la opinión del lector.     

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Me cuesta un poco dar por terminado un texto. Por lo general lo doy por terminado cuando el texto es publicado en papel, en forma de libro. Ahí ya nunca más lo leo. De lo contrario, los textos están siempre vivos y respiran agazapados hasta el día en que se publiquen. Y casi siempre trabajo en simultáneo varios libros distintos, uno de poesía, uno de cuentos y una novelita. Con el tiempo van creciendo.

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?

Mi biblioteca también está viva. Se mueve de un lugar a otro. Generalmente abro un ojo y la tengo apilada sobre la mesita de luz. Y entonces tengo que ir acomodándola todo el tiempo. Pero nos llevamos muy bien, no podemos vivir el uno sin la otra.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

 Algo de lo mucho que se quemó en la Biblioteca Vigil.

9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

La obra completa de Chéjov, “2666” de Bolaño, “El llano en llamas” de Rulfo, “La vida está en otra parte” de Kundera, “Relatos de Belcebú a su nieto” de Gurdjieff.

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

A los autores sobrevalorados y a los menos valorados les ocurre algo muy parecido: nadie los lee realmente. Alguien dice que fulano es genial y los demás asienten con los ojos cerrados porque está muy mal visto contradecir al gran fulano. No vaya a ser que hagamos el ridículo. Pero nadie lee realmente a ese autor, y así construimos los mitos. Alabamos ciertos nombres sin saber qué escribieron. Con los escritores menos valorados pasa algo muy parecido: no los leen porque, ¿quién quiere perder el tiempo leyendo a un autor que no es conocido? ¿Alguien se toma la molestia, por ejemplo, de leer a Trangoni? No lo creo.

11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

 Yo me siento a trabajar y ella aparece luego de un rato, cuando los motores ya están calientes, ni un minuto antes. 

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

Creo que ser un buen lector significa haber logrado cierto nivel de libertad. Me refiero a la independencia de criterios que se alcanza cuando el lector ya no depende de las valoraciones ajenas, que generalmente nos llegan desde revistas o suplementos literarios que están vinculados más al comercio de libros y a la promoción de autores, que al análisis de lo que realmente se escribe.   

¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?



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