1-¿Dónde escribís?
Por lo general, en mi
casa. Pero también en la escuela, cuando tengo algún minuto libre, o en el
club, cuando mis hijos ya comieron y me dejan solo. Ahí saco mi cuaderno y
empiezo…
2- ¿Trabajás en computadora o a mano?
Son dos etapas diferentes
de mi escritura. Casi siempre mis textos, narrativa o poesía, nacen escritos a
mano. Después los ordeno en la computadora, después los clasifico, los imprimo,
los corrijo a mano… Y vuelta a empezar.
3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?
Los domingo no escribo, y tampoco tengo un horario fijo. Hay,
sí, una franja horaria en la que me muevo. Antes estaba loco y me pasaba la
noche entera escribiendo.
4-¿Cuánto tiempo le dedicás?
Cuatro horas son suficientes para mí.
5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a
escribir?
Tengo la costumbre de espantar los demonios diciéndome una y
otra vez que no debo escribir pensando en la opinión del lector.
6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende
ese texto?
Me cuesta un poco dar por terminado un texto. Por lo general lo
doy por terminado cuando el texto es publicado en papel, en forma de libro. Ahí
ya nunca más lo leo. De lo contrario, los textos están siempre vivos y respiran
agazapados hasta el día en que se publiquen. Y casi siempre trabajo en
simultáneo varios libros distintos, uno de poesía, uno de cuentos y una
novelita. Con el tiempo van creciendo.
7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?
Mi biblioteca también está viva. Se mueve de un lugar a otro.
Generalmente abro un ojo y la tengo apilada sobre la mesita de luz. Y entonces
tengo que ir acomodándola todo el tiempo. Pero nos llevamos muy bien, no
podemos vivir el uno sin la otra.
8- ¿Qué libro te gustaría leer?
Algo de lo mucho que se
quemó en la Biblioteca Vigil.
9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca
ideal?
La obra completa de
Chéjov, “2666” de Bolaño, “El llano en llamas” de Rulfo, “La vida está en
otra parte” de Kundera, “Relatos de Belcebú a su nieto” de Gurdjieff.
10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más
sobrevalorados y cuáles los menos valorados?
A los autores
sobrevalorados y a los menos valorados les ocurre algo muy parecido: nadie los
lee realmente. Alguien dice que fulano es genial y los demás asienten con los
ojos cerrados porque está muy mal visto contradecir al gran fulano. No vaya a
ser que hagamos el ridículo. Pero nadie lee realmente a ese autor, y así
construimos los mitos. Alabamos ciertos nombres sin saber qué escribieron. Con
los escritores menos valorados pasa algo muy parecido: no los leen porque, ¿quién quiere perder el tiempo leyendo a un autor que no es conocido? ¿Alguien
se toma la molestia, por ejemplo, de leer a Trangoni? No lo creo.
11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?
Yo me siento a trabajar y
ella aparece luego de un rato, cuando los motores ya están calientes, ni un
minuto antes.
12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?
Creo que ser un buen lector significa haber logrado cierto nivel
de libertad. Me refiero a la independencia de criterios que se alcanza cuando
el lector ya no depende de las valoraciones ajenas, que generalmente nos llegan
desde revistas o suplementos literarios que están vinculados más al comercio de
libros y a la promoción de autores, que al análisis de lo que realmente se escribe.
¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?
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