Mariana Docampo



1-¿Dónde escribís? 

En casa, pero no es excluyente.   

2- ¿Trabajás en computadora o a mano?

En computadora. Luego imprimo las hojas y las corrijo a mano.

3- ¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

No tengo sistema para escribir. Soy muy desordenada, como en todo. Si estoy escribiendo un libro puedo hacerlo por la mañana, por la tarde, o incluso en medio de la noche. En general escribo todos los días, pero depende.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

Te diría que organizo todo mi tiempo alrededor de la escritura, acomodo el resto de mis actividades en torno a ese centro, pero sería incapaz de contar las horas, siempre es distinto.

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Ninguno.

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Por lo general lo doy por terminado mucho antes de hacer las últimas correcciones, es el momento en que siento que todo lo que el texto tenía para dar, fue dado.  Puedo sentir que ya está terminado aún si faltan todavía meses para que esté “oficialmente” listo.  A partir de ese momento, comienzan los cierres, nuevas correcciones, mucho trabajo, pero de un modo íntimo yo sé que llegué al final.

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca? 

Exagerada.  Hasta el punto que un año en que tuve que mudarme cinco veces, lo que extraía primero de las cajas eran los libros, y los acomodaba en las bibliotecas que iba trasladando de una a otra casa.  Recién cuando los libros estaban dispuestos en los estantes, me volvía a sentir “en casa”.  Pero una vez una fuerte inundación se llevó la mitad de mis libros, incluso muchos de los más queridos.  A partir de ese momento algo cambió, fue una experiencia muy extrema, una manifestación descarnada de lo efímero.  Ahora no sé qué sentir respecto de mis libros, sé que pueden desaparecer en cualquier momento. Y me compré un reader.  Pero es de una inmaterialidad pavorosa a la que no me acostumbro, es una renuncia a la que fui empujada a la fuerza. Estoy en crisis.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

¿Ahora? Un libro hermoso.

9- ¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

Los poemas de Safo, La divina comedia, las Tragedias de Eurípides, la obra completa de Silvina Ocampo (que en ese momento ideal ya estaría publicada) y un libro de poesía china que conservo dañado por la inundación, y que quisiera recobrar tal cual fue antes de la lluvia.

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

Creo que el valor es algo ajeno a la “cosa”, en este caso al texto, y por lo tanto depende de categorías que no tienen que ver con el libro en sí, y que además son variables: modas, mercado, instituciones, intereses puntuales de un crítico o de un teórico, prejuicios, política… Así que no te daría ningún nombre porque tendría que entrar en explicaciones para cada caso. Creo en cambio en el encuentro directo y personal con los libros.

11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

Creo en la inspiración, pero siempre de la mano del oficio.

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

Cuando lee sin prejuicios.

Bonus Track:
-Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado.


Nunca escribí estimulada por sustancias. De hecho tuve una lamentable experiencia con la mariguana que me dejó tres años con ataques de pánico. En ese período no pude escribir nada interesante, todo lo contrario.  







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