Alejandra Méndez

1-¿Dónde escribís?

Escribo donde y como sea, dispuesta a la incertidumbre, “sobre una bobina de papel o en un cuarto infernal”  como diría Arlt. En un bar, en medio de un parcial de psicopatología del lenguaje en la facultad de psicología, en un boleto de colectivo, y en el mejor de los casos, en mi casa, escuchando música y cercana a las bibliotecas que me permiten la intertextualidad.

2-¿Trabajás en computadora o a mano?

 Por lo general  lo hago a mano, tengo cuadernos que llevo conmigo (ahora tengo unos artesanales muy lindos que hace el amigo editor, Gervasio Monchietti), y también  tengo algunos en mi mesita de luz por si me asaltan ideas nocturnas, ya que me sucede a menudo.
Luego los trascribo a la computadora y me dedico a las respectivas correcciones, al pulido o a “la poda” diría la poeta Concepción Bertone.

3-¿Escribís todos los días? ¿Tenés un horario fijo?

No, todos los días lo que hago es leer unas cuantas horas. Escribir, depende; puedo tener períodos muy fructíferos y puedo pasar por momentos de sequía elemental, así llamo a esa instancia. Elemental porque en la espera de una línea, una frase o un trazo, se va recolectando la materia con que se trabajará, creo que se sigue sembrando en pensamientos y en sensaciones; y en algún momento aparecerá la cosecha.
Cuantos menos horarios fijos y cuanto más tiempo ganado para la literatura tenga, mejor. Por eso aprovecho los fines de semana, empiezo temprano.

4-¿Cuánto tiempo le dedicás?

Todo el tiempo que sea necesario.

5- ¿Algún ritual, costumbre o manía a la hora de sentarse a escribir?

Ninguna manía, aunque el acto escritural sea un ritual individual en sí mismo.
Me gusta acompañar la tarea con unos buenos mates.

6- ¿Cuándo das por terminado un texto? ¿Qué recorrido emprende ese texto?

Bueno, si hablamos de poesía, a veces nace una así sin más y uno sabe que no debe tocarla, que se ha producido el milagro. Otras veces, tal vez  la mayoría, se va puliendo el texto hasta dejarlo lo más próximo a la belleza posible.
El texto debe ser tratado como cualquier obra de arte, hay un trabajo incesante, no sólo de las formas sino del contenido. Hay una búsqueda de la palabra precisa, somos como espeleólogos descubriendo laberintos subterráneos.
Doy por terminado el texto cuando el silencio hace lo suyo.

7- ¿Qué relación tenés con tu biblioteca?  

Tengo una relación de amor, con todo lo bueno y lo malo que esto lleva: soy posesiva y  fetichista con mis libros. A veces soy algo abandonica y mis bibliotecas demandan orden y limpieza.
Suelo acumular, porque detesto quedarme sin nuevas lecturas a mano.

8- ¿Qué libro te gustaría leer?

Me gustaría leer los libros que me están esperando. Ahora, cuando termine la obra completa de Héctor Viel Temperley, siguen en mi lista: “Los poemas del jigante” de Álvaro S. Cormenzana y “Clínica del abandono” de Alda Merini y después los que se vayan sumando.

9-¿Qué cinco libros no pueden faltar en tu biblioteca ideal?

La divina comedia de Dante.
Poesía completa de  Aldo Oliva
Obras completas de Paul Celan
Los cantos de Maldoror de Lautréamont
Poesía no completa de Wislawa Szymborska
Esta es una pregunta muy cruel, y me angustia dejar por fuera 40 libros más. Si la pregunta se me hiciera en otro momento, dudo que la lista fuera la misma. Pero es lo que me aparece a la mente ahora.

10- ¿Cuáles son los autores/libros que te parecen más sobrevalorados y cuáles los menos valorados?

Esa función no me compete, no podría decir a quienes considero sobrevalorados, sólo sé que, a modo personal, me abstengo de los wannabes, siúticos, poseros o farbis.  Sí puedo decir que por lo general, lo que el mercado o lo que el establishment  impone, a veces de manera salvaje, no me interesa.
Y que hay grandes autores que son poco valorados, eso seguro,  pienso en Enrique Molina,  en Puig, en  Onetti o en Paco Urondo.
Los que la crítica deja por fuera en algún momento, pero que los lectores mismos rescatan. Esas flores que nacen en los pantanos, aquello que crece en los márgenes, ahí va mi curiosidad.

 11- ¿Qué relación tenés con la inspiración?

Depende el concepto de inspiración que cada uno tenga. Si llegara a ser lo que pienso, diría que mi relación es muy rica, que aun encontrándome en un estado de encierro o de locura, creo que encontraría esos chispazos de creación. Pero la prepotencia de trabajo es mi mejor inspiración.

12- ¿Cuándo una persona se convierte en un buen lector?

No lo sé. Hay especies y subespecies de lectores. Creo que cuando no puede vivir sin hacerlo y cuando logra cierto grado de exigencia y de independencia en sus elecciones literarias.

Bonus Track: -Experiencias e impresiones de escribir estimulado por alguna sustancia o en un estado de conciencia alterado.

En ocasiones, lo natural  puede dar resultados psicodélicamente interesantes, siempre y cuando haya sustancia, talento, recepción a los estímulos. Pero ningún químico artificial reemplazará “el encendido” que produce la felicidad o la tristeza.

¿Nos mostrás tu biblioteca y tu lugar de trabajo?



2 comentarios:

  1. Me quedaron las ganas de saber qué le pareció mi libro Los poemas del jigante.Gracias.

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  2. Me quedaron las ganas de saber qué le pareció mi libro Los poemas del jigante.Gracias.

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